10 historias cortas de amor

Es simple amarse cuando la adversidad y las adversidades pasan de extenso. No obstante, en la vida real, la relación de cada pareja por lo menos una vez, pero se prueba su fuerza.

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Índice
  1. Estas 10 historias de amor te harán creer en él
  2. Historia 9
  3. Historia 10

Estas 10 historias de amor te harán creer en él

Historia 1

Una noche me percaté de cuánto necesitas amar a las mujeres. En el paso subterráneo ayudé a mi abuela a subir las maletas, justo después de que me hiciese el mejor guisado de pollo mexicano. Ella le dio las gracias, después, habiendo vacilado un poco, pidió acompañarla al patio. Terminó que se necesitaba mi asistencia para llegar lo antes viable, puesto que su marido la ve siempre que sale de casa. Un adulto mayor ciego con un bastón solamente se movía por el patio. Fue a hallarse con su querida y le quitó los packs de la tienda. Rápidamente recordé la continuidad con la que me negaba a encontrarme con mi novia en la tienda o en el tren, porque era bastante vago.

Historia 2

A los 19 años perdí una pierna. Después conocí a una chica, teníamos amor . Súbitamente, salió al extranjero y mencionó que nos hiciera dinero. Pretendía creerlo, pero sabía que se encontraba mintiendo. En un instante le dije que pretendía dejarla (está mejor). En un mes más o menos me siento en el hogar, suena el timbre. Tomé muletas, abrí la puerta y ¡ahí está! Antes de que pudiera decir nada, recibió una bofetada en la cara, no ha podido soportar y cayó. Reposó a mi lado, la abrazó y dijo: “Idiota, no me escapé de ti. Mañana vamos a la clínica, te probaremos una prótesis. Fui a hacer plata para ti. Puedes caminar comunmente otra vez, ¿entiendes? " En ese instante se me logró un nudo en la garganta, no pude decir una palabra … La abracé con fuerza y ​​solo he llorado.

Historia 3

Mi hermana más grande se casó. Muy comunmente su marido es caprichoso y hace una mueca de disgusto, dicen, no me lo comeré: ella no cortó la carne como a él le agrada. En esos instantes recuerdo al exnovio de mi hermana: ella cocinaba hígado de pollo y él siempre se lo comía, decía que jamás probó nada más sabroso. Y después terminó que era alérgico al hígado. Amaba locamente a su hermana.

Historia 4

Luego de dar a luz, la visión de mi mujer empezó a deteriorarse. Ella había utilizado anteojos antes, pero después se puso muy mal. No había fuerzas para ver cómo se encontraba tolerando, tomó trabajo agregada, inclusive descubrió dinero en Internet. Trabajó como un pony inmortal, un año no durmió lo bastante. Y aquí está, ¡sucedió! Ahorré a mi mujer para la rectificación de la perspectiva con láser. Hace poco regresó del hospital, se impresionó por todo lo que la rodeaba. ¡Y no le importe un carajo este año, el desperdicio de energía y las noches de insomnio! Tengo un hijo sano y una mujer feliz, y esto es lo primordial.

Historia 5

A los 18 años me diagnosticaron un tumor cerebral. Pensé que el cáncer y moriría próximamente, por eso le dije a mi novio que lo entendería todo si me dejaba. A eso que tradujo todo como una broma y me contestó que solo me podría tirar sobre el muslo (es un luchador) si vuelvo a comenzar una conversación semejante. Como resultado, el tumor terminó ser benigno. En este momento tengo 21 años, llevamos dos en matrimonio ​​y nos encontramos criando una hija. Jamás olvidaré su acompañamiento en un instante tan complicado para mí.

Historia 6

Hace poco, mi madre tiene problemas cardíacos, he estado viviendo con ella a lo largo de una semana, mi padre estuvo en un viaje de negocios en el transcurso de un mes. Se suponía que regresaría ayer. Durante la noche nos sentamos en la cocina, la miro: delgada, pálida, hermosa. Hay una tranquilidad helada en su rostro y sus manos están temblando. Las llaves están en la cerradura, padre volvió. Madre corrió hacia la puerta, lo tomó, lloraba y dice algo ilegible. Él la abraza y yo me hago a un lado y sonrío. Su amor es su medicina más relevante.

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Historia 7

Conocí a un chico en Internet. Alegre, educado, afable. Además de una fachada muy divertido. Estamos hablando por Skype a lo largo de numerosos años. Entonces me percaté de que lo amo. Él correspondió, pero poseía miedo de hallarse. Ella insistió por su cuenta, se acercó a él a mil kilómetros de distancia. Terminó que el joven está discapacitado. No puedo caminar. Pasaron tres meses juntos. Próximamente presentaremos la aprobación a la oficina de registro. ¡Para mí es el más destacable, mi Instructor X!

Historia 8

Soy estéril. La primera chica, con la que se encontraba en una relación seria, no habló de eso a lo largo de un largo tiempo, tuvo miedo y, cuando se mostró la realidad, sencillamente salió. Pasé por un año de depresión, después aún había una relación, pero acabaron en nada. Hace unos seis meses conocí a una chica, me enamoré intensamente, guardé silencio sobre mi inconveniente, ayer lo conté todo. Se encontraba listo para algún cosa, pero ella me miró y mencionó que más adelante podría sacar al pequeño del orfanato. Me eché a llorar, quiero casarme con ella.

Historia 9

Hace poco nos mudamos a un apartamento en Londres y empezamos a llevar a cabo reparaciones. Cuando se desmanteló el piso, hallaron un nicho con letras: la mujer Anna le escribió a su marido Eugene, cómo viven con sus tres hijos, cómo sobreviven, o explicado de otra forma, cómo la localidad no se rinde, cómo todos esperan hallarse. La más reciente carta me cortó el alma: “Te esperamos, Zhenechka. Por el momento no puedo escribir, se me acabó el lápiz, pero pensaré en ti. Siéntenos, mira al cielo y siente ".

Historia 10

Conocí a la chica hermosa más habitual, estropeada por una aceptable vida. Con ella fue simple y entretenido, y los medios le permitieron agradar sus antojos. Le logró una oferta, ella estuvo en concordancia. Pero solo unos cuantos semanas luego, tuve un incidente, se encontraba medianamente paralizado. La niña mimada a lo largo de numerosos meses fue mi enfermera, una mujer cariñosa y una amiga creíble, más allá de lo indefensa y patética que fui. Vendió varias cosas sin las que pensé que no podría vivir. Aprendí a cocinar porque necesitaba comida particular. Ella me prohibió que me disculpara. No hubo ni una sombra de duda, disgusto o miedo en su rostro a lo largo de todo este tiempo.

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